Si hay algo que caracteriza cómo enfoco la vida es la curiosidad y la necesidad de indagar nuevas posibilidades en todo lo que me rodea. Lo hago conectando cada una de sus aristas y perfiles. Cada uno de estos ámbitos y sus protagonistas influyen directamente y globalmente en el conjunto.

      Mantengo vivo el impulso por aprender movido por la necesidad de  innovar y atreverme a explorar todos las posibilidades posibles con los que experimentar el mundo. Perdura el instinto de crear y la fuerza motriz de la inventiva, por ello no hay descansos ni esperas, cuando una idea despunta en el horizonte.

      Desde niño he tendido a usar las manos para comprender. Transformar objetos, manipular materiales o combinar elementos ha sido siempre un juego fácil con el que me he sentido identificado. Esta tendencia es la que me dirigió hacia el espacio del arte. La de querer aportar algo a la vida de los demás, fue la que me acercó al mundo de las terapias y la educación.

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